Glitches
La técnica es lo que tiene: acabamos siendo tan dependientes de sus milagros que, cuando nos vemos desprovistos de ellos, no valemos absolutamente para nada. Así he estado yo durante unos días. Vagando por mi despacho, observando los lomos de los libros en los que no reparaba desde hacía años. Sin ordenador, desconectado del mundo mundial por un quítame allá ese módem cable…
Tampoco es para tanto, la verdad.
Como tantas otras cosas en esta vida, uno aprende, citando a Chiang, que, efectivamente, el infierno es la ausencia de dios. Somos demasiado dependientes, en todo, y tengo para mí que estamos perdiéndole el gusto a esas pequeñas cosas sin sentido que se realizan sin ayuda de ningún aparatejo de mierda.
Dormir, vivir, tal vez soñar…
Tampoco es para tanto, la verdad.
Como tantas otras cosas en esta vida, uno aprende, citando a Chiang, que, efectivamente, el infierno es la ausencia de dios. Somos demasiado dependientes, en todo, y tengo para mí que estamos perdiéndole el gusto a esas pequeñas cosas sin sentido que se realizan sin ayuda de ningún aparatejo de mierda.
Dormir, vivir, tal vez soñar…
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