Leo en el periódico, en la portada del DIARIO DE JEREZ (nada serio, pero es lo que hay), una noticia que, por supuesto, no lo es: "los jóvenes prueban las drogas cada vez con menos edad", o algo así. Luego apuntan a que, encima, se atreven con un espectro bastante más amplio de estupefacientes, mierda de diseño en la mayoría de los casos. Jé, no me diga, pues no me había dado cuenta, es la primera noticia que tengo... Venga ya, por Crom, que somos mayorcitos.
Pues claro que lo hacen, les estamos enseñando que hay que beberse la vida a tragos largos e inconscientes, sin paladear nada de lo que se echan al coleto. Ahora queren saciarse con lo que sea, sin saber muy bien las consecuencias de sus actos. Es lo que ven en sus mayores, el falso hedonismo de esta sociedad metacapitalista en la que nos ha tocado vivir, donde, en realidad, los valores de cualquier tipo brillan por su ausencia. Yo, que trabajo con ellos, puedo asegurarles que palabras como solidaridad, esfuerzo, voluntad, o sentido común han dejado de tener cualquier significado coherente. Han crecido apabullados por una cantidad de información que no comprenden o que son incapaces de metabolizar, simplemente por una cuestión de desarrollo psicológico inherente a la especie humana. Han aprendido que, hoy por hoy, son los idiotas los que triunfan, y que la gente preparada se hunde en el barro de la inoperancia. Creen, porque no han entendido nada, que la vida es un juego eterno, que el fin último es disfrutar de lo lindo aislándose de la realidad que les rodea.
Unamos a esto la perfecta hipocresía de lo políticamente correcto, ese abusrdo que les dice "no fuméis, pero aquí tenéis cajetillas de tabaco a poco más de un euro", "no bebáis, pero podés comprar alcohol en cualquier hipermercado y beberlo en mitad de la calle", etc. ¿Y acaso pretendemos que no prueben las drogas, el súmum de la desconexión absoluta?
De momento me preocupa mi pensión, la verdad. No creo que este país dentro de veinte años vaya a ser un lugar demasiado propenso a precuparse por sus ancianos.
O por cualquier otra cosa.